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La Felicidad: La respuesta a la reducción de la desigualdad

Autora: Angie Colque

“Un día sin reír es un día perdido” - Charles Chaplin

 

La pandemia provocada por el COVID 19 sin duda alguna nos ha dejado grandes secuelas de por vida y en este punto ya no nos referimos sólo a las médicas, nos arrancó de las manos a un ser preciado, nos arrebató algún proyecto, algún trabajo o incluso para muchos las ganas de vivir. 

 

Es inevitable entonces que la comparativa resuene en nuestros oídos a la siguiente incógnita ¿Las condiciones en las cuales la pandemia se desarrolló en mi entorno han sido las mismas que las de otros? Muy probablemente la respuesta de muchos sea que “no”, si ya era latente la amplia diferencia de condiciones en nuestra sociedad, con esta pandemia se acrecentó y por mucho. Es posible que algunas de las tantas pérdidas que hayamos tenido durante aquellos años hayan sido por factores económicos, sociales e incluso políticos, esto causado por la desigualdad en y entre países que viene creciendo cada año con más fuerza.

 

Es sabido que la desigualdad tiene su raíz en factores como el género, la religión y/o origen, lo que tal vez muchos desconocíamos es que también es la causante principal de la pobreza, la desnutrición y el hambre en el mundo.

 

La desigualdad trajo consigo un sin fin de ramales, entre ellos resaltan malamente la desigualdad educativa, la cual como sabemos provoca una grave reducción de oportunidades igualitarias para todos los niños y niñas al no tener la calidad formativa que debería tener, por otro lado si hablamos de desigualdad social nos referimos a la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a los recursos de todo tipo, a los servicios y a las posiciones que valora la sociedad, hecho que no permite el desarrollo personal de cada individuo en sociedad, por último es necesario traer a la mesa a la desigualdad económica la cual consiste en el reparto desigual de riquezas principalmente entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, si bien se han traído constantes mejoras a lo largo de la historia, aún se continúan con brechas anchas en muchos países del mundo, donde incluso algunas mujeres reciben hasta el 75% menos de salario por realizar los mismos trabajos que un hombre.

Es por ese motivo que la ONU ha puesto entre uno de sus objetivos de desarrollo sostenible (ODS 10) a la reducción de la desigualdad incluso como uno de los más fundamentales para el cumplimiento de las demás ODS, donde los puntos a trabajar son claros, debemos continuar luchando por reducir la desigualdad de oportunidades entre unos países y otros, potenciar y promover la inclusión de las personas, aumentar los ingresos de las personas más pobres, eliminar legislaciones y prácticas legislativas que atenten contra la construcción de la equidad, asegurar una participación activa de los países del sur en los encuentros mundiales diversos, vivir sin exclusión y todo esto con el fin de tener una vida digna.

 

Las autoridades del estado tiene mucho por hacer, pero ¿Qué acciones podríamos tomar nosotros como ciudadanos?, es difícil saber por dónde empezar pero bastaría con detenernos un poco a observar y replicar los proyectos valiosos de otros estados, seguir modelos educativos de países como Dinamarca y seguir de a pie la educación de nuestros niños, potenciar los servicios sociales que ya se tienen y dirigirlos realmente a quienes lo necesitan, no tomar los beneficios que no nos corresponden, continuar apostando por el establecimiento de políticas igualitarias y una muestra común de ello está nuestra lucha por algo tan simple como evitar que las mujeres dejen sus trabajos por cuidar el hogar si esa no ha sido su voluntad primaria.

 

Debemos llegar un punto en el que tengamos un sentimiento de plenitud y valía como personas, ya no bastan las palabras, no basta con crear empleos, no basta con solo decir que debemos combatir la pobreza, la gente debe estar contenta, debe ser feliz, la protección social de los más desfavorecidos debe ir en aumento, las personas con discapacidad merecen mejores tratos, mejores condiciones de vida y mejores accesos de transporte en las calles, se debe aumentar la participación de los países en vías de desarrollo, debemos facilitar la migración segura, planificada y bien gestionada e ir a favor de la integración de la sociedad.

 

Por último no olvidemos a las minorías, no fomentemos la discriminacion, recordemos que si excluimos a alguna parte de la población, nos traerá consecuencias a todos. Si alguna vez se ha de juzgar a alguien que sea juzgado por su trabajo y desempeño, no por otras cosas.


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