ENTREVISTA A AKA, FUNDADOR DE AGROARTE EN LA COMUNA 13 DE MEDELLÍN.

Hecha por: Carlos Jara
Editado por: Tomás Marquéz
1. Hola AKA, ¿Cómo definirías el concepto de Agroarte?
Entendemos a Agroarte como un vivero creativo en el cual metodologías que llevan en su ADN, que son el arte y la agricultura, generan un lenguaje simbólico y político. 
2. ¿Cuáles son algunas prácticas de Agroarte que contribuyen directamente a mitigar el cambio climático o a la construcción de paz mediante el arte?
En Colombia, Agroarte trabaja en metodologías de acercamiento a todas las vidas. Hoy en día estamos trabajando en la construcción de la Casa Escuela Botánica de Agroarte Colombia en el lugar más campesino de Medellín, que es San Sebastián de Palmitas, y allí queremos hacer réplica de las metodologías con las que hemos trabajado en las Huertas de Ladera, el trabajo de creación musical a partir de las huertas. También queremos hacer el ejercicio de aprendizaje y reaprendizaje de la siembra a través de prácticas agroecológicas y ecológicas que permitan rehabilitar la conectividad en tres especies de la parte baja con la media y la alta del territorio, acompañando procesos de agua comunitaria y vertimientos de pozos sépticos y demás. 
3. ¿Podrías mencionar ejemplos específicos de proyectos de Agroarte que hayan tenido un impacto positivo y que se estén llevando a cabo en este momento?
Además de los ya mencionados por el lado del arte, en Colombia tenemos y lideramos la búsqueda del reconocimiento de los lugares de memoria a nivel nacional, buscando formas de ser protegidos adicionalmente en la comuna 13 de Medellín. Tenemos un museo pedagógico de memorias, en el cual se encuentran los satélites de las memorias en la comuna, en sus historias culturales, en sus resistencias frente al tema de la violencia y que, a partir de investigaciones, levantamiento de archivos y reconocimiento de fuentes primarias, hacemos entregas sensibles por medio de murales, de instalaciones y de performance. También promovemos entornos sin violencia para las otras vidas para los animales, pues somos empáticos con el sufrimiento animal, entonces la base de nuestra alimentación y nuestras prácticas tienen esa filosofía de hacer un lugar más cuidadoso con las otras vidas.
4. ¿Cómo puede el Agroarte fomentar la conciencia sobre los desafíos climáticos y la necesidad de tomar medidas urgentes?
Agroarte sirve como una filosofía de aprendizaje de la siembra de conectividad con la tierra que produce conocimiento artístico y de pedagogía comunitaria. Esto permite, de una forma más sencilla, que las nuevas generaciones se acerquen a los procesos de la tierra y la conservación de una manera didáctica. Siempre hemos pensado que los grandes cambios políticos van a mejorar ese entorno, entonces constantemente estamos trabajando en el mediano y largo plazo para accionar esos cambios culturales y políticos que requieren los territorios, pero adicionalmente bajo la premisa de que cada persona tiene en sus manos la capacidad de cuidar una hectárea de bosque, y de buscar y tener el derecho de estirar la mano por la ventana y tocar un árbol. Eso lo venimos haciendo a partir del ejercicio de la Escuela de la Casa Botánica, demostrando cómo se puede conservar una fracción de bosque que permita ser espacio para los pájaros y las distintas especies que están cerca de las reservas, o de la ruralidad, que son el 73% en Medellín. 
5. ¿Qué papel desempeña la educación ambiental en las iniciativas de Agroarte?
Adicionalmente, en los procesos que acompañamos de manera comunitaria identificamos, por un lado, los espacios de bosque que han sido talados representándolos de una manera sensible, reconociendo a las especies, los árboles o lo perdido del hábitat de las otras vidas en sí; y, por otro lado, vamos acompañando los procesos que ayudan a las fuentes hídricas de agua en el territorio. Entonces, a partir de la conservación de las tomas de los espacios de las fuentes primarias de agua y de la gobernanza de procesos de acueductos comunitarios, se nos permite hacer un trabajo pedagógico con la comunidad que genera un respeto frente al agua y también las alertas tempranas que se medían mediante la gobernanza territorial y los acuerdos comunitarios que se tejen dentro del territorio.
6. ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las iniciativas de Agroarte en su contribución?
Venimos acompañando un ejercicio de reglamentación del distrito rural campesino que busca que los espacios urbanos no sean urbanizados y, además, que se logre generar una economía rural que no desplace las prácticas campesinas de siembra y se ejerza una política de mercado solidario de mercados campesinos que rompa el trabajo de intermediarios. Como en el mundo, esta reglamentación de los espacios urbanos rurales cada vez es más complicada, pues hay una presión grande de la ciudad sobre espacios rurales. Nosotros estamos tratando de demostrar cómo podemos conservar esos espacios de forma conjunta, ya sea desde ejercicios privados, hasta ejercicios que hacen algunos puentes con empresas, con academia y Estado.  Asimismo, para la reglamentación existen las investigaciones y los acercamientos artísticos desde el tema de la problemática entre la división rural y urbana. Y tenemos la convicción de que somos pioneros en ese camino; sin embargo, hace falta mucha pedagogía y mucho trabajo con los entes que toman decisiones en la ciudad y en el país.
7. ¿De qué manera el Agroarte puede promover la resiliencia de las comunidades rurales frente a los diversos problemas que surgen en su contexto?
Se podría decir que, en varios sentidos, el trabajo es de resistencia y no resiliencia. Sí, ese término, que ha sido muy manoseado por la academia y por otros. Entonces, en cuestión de resistencia, trabajamos todo lo que tenga que ver con cómo uno puede apropiarse del territorio ¿Y cómo se apropian del territorio? Conociendo las historias, para eso nos toca levantar las historias del territorio sobre la importancia de esos lugares específicos, de cómo fue el tránsito histórico que tejió las relaciones de la comunidad y de qué prácticas y qué personajes acompañaron en ese proceso de consolidación del territorio, como referentes campesinos o vecinales, si esos entornos que están al lado del campo tienen o han tenido circunstancia del dolor.  Entonces, la tarea es resignificar esos duelos y ubicar espacios públicos, un duelo colectivo como, por ejemplo, fotografías de personas desaparecidas y asesinadas que representen también los árboles nacidos dañados por la guerra, los herros que también fueron asesinatos de liderazgo, etcétera. A partir de ello, vamos generando pedagogías, encuentros, unos recorridos por el territorio y lo vamos generando como lenguaje simbólico. Además, con la Casa Escuela Botánica, estamos haciendo unas pruebas piloto con el tema de la cocina de la comida que es respetuosa con los animales, y el trabajo es diseñar menús para dietas especiales, pero que sean libres de explotación animal que puedan acompañar los procesos comunitarios y que le pongan nombre a esto que realmente sucede en el territorio.
8. ¿Cuál es el potencial de Agroarte para sensibilizar a las personas sobre la importancia de la agricultura sostenible?
Buscamos demostrar la importancia de revisar los procesos de agricultura que no son interdisciplinares, pues Agroarte es un proceso interdisciplinar de memoria, arte y agricultura. Eso nos permite que, de esta manera, distintas profesiones y oficios puedan confluir en el accionar de lo que somos. Y lo que nos hace distintos no es solo ser una agrupación heterogénea, sino que también es realizar un trabajo de pedagogía intergeneracional e interdisciplinar. Eso quiere decir que nosotros no enseñamos a sembrar, sino que reaprendemos el ejercicio de la siembra, es decir, que, a partir de conocimientos artísticos y científicos comunitarios, establecemos la agricultura dependiendo si es rural o si es urbana. Además, una de las bases parte del conocimiento previo de las familias y no trabajamos con la realización de compost. No es nuestra ruta de entrada el “saber sembrar antes de sembrar”, pues, por lo general, en los procesos orgánicos primero se les enseña a las personas cómo hacer suelo, luego cómo cultivar y limpiar la tierra, y a lo último vienen más aspectos técnicos, pero generalmente la gente solo se queda en lo técnico y cuando va a sembrar no siempre siembra. Entonces nosotros hacemos que las siembras sean un lugar de catarsis y de reencuentro, y les proponemos a la gente sembrar e iniciar sembrando, es por esa medida de sus búsquedas, ya sean artísticas o ya sean de siembra que permitan confluir en el mismo lugar y así poder acompañarse frente a las posibles desmotivaciones de seguir sembrando. Por lo general, el 80% de los aliados y las personas que han sembrado con nosotros nunca lo habían hecho antes, y actualmente tienen sus casas y en sus lugares y metodologías aplican los ejercicios de la siembra y arte. 
9. ¿Cómo pueden los artistas y agricultores trabajar juntos para abordar los desafíos climáticos a través del Agroarte?
Para responder esta pregunta, te contaré una experiencia que demuestra cómo la agricultura y el arte se juntan. En el 2014, en Agroarte Colombia, de la mano de la Red Territorial de Memorias Alianza, la cual junta a 33 organizaciones de la comuna 13 de Medellín, decidimos empezar a pensar las cuestiones relacionadas a la memoria, y entonces entendimos dos cosas; por un lado, la memoria se está despoblando del campo cierto, pues básicamente se está volviendo una ciudad en sí. Las ciudades, por lo general, se están volviendo cada vez más solitarias, el lugar es menos comunitario de trabajo articulado y eso ha sido demostrado a nivel mundial. Asimismo, en el campo se han permitido hilos de solidaridad, pues han mantenido la resistencia al conflicto permanente en Colombia, pero que también permitió construir los territorios a través de convites y de mingas. Entonces, a partir de ello, encontramos que se están despoblando esos dos lugares, y era necesario poner en lo simbólico esas preguntas que pudieran atraer también la sensibilidad de los agricultores y artistas, y en donde la gente de la rama educativa social podría interesarse. Ante esto, pasamos a esta acción que se llama “cuerpos gramaticales”, que es una acción performática que invita a sembrarse durante 6 horas a más de 100 personas para ser catarsis de sus dolores. El primer ejercicio lo hicimos en 2014, en el parque Biblioteca San Javier, donde se sembraron 100 personas, y en este trabajo invertimos 600 huecos de tierra y 300 plantas, entre ellas árboles y arbustos nativos y plantas ornamentales y medicinales para la siembra en un lugar árido que es donde era amplio. Pero había una conservación, entonces empezamos a hacer un primer piloto, e hicimos unas dos siembras con la comunidad, así, viendo que la gente iba cuidando y se apropiaban del espacio, pasamos a la acción de cuerpos gramaticales, donde se emplearon estas personas, y hoy en día ya es un bosque. Así las personas se sembraron con su dolor y su historia, y al levantarse, lo hicieron con esta planta y ahora también es un bosque para la memoria y para el recuerdo de los caídos en el territorio. Asimismo, el ejercicio de jardines de cuadros verdes vivos, que era sembrar en 22 espacios de miedo, que eran lugares que habían sido plazas de vicio, lugares donde sucedieron, por ejemplo, algún que otro acto de miedo relacionado a homicidios. Esos lugares los tomábamos con agricultura en conjunto con las señoras del barrio, donde las invitábamos a sembrar en ese lugar para resignificar. Esto se relaciona con cuadros verdes vivos porque, justamente, se diseña el espacio verde público como una instalación de arte a partir de las plantas y de la convergencia comunitaria, pues es un ejemplo importante. Y, por último y como dato extra, “cuerpos gramaticales” se hizo 27 veces en el país y dos veces afuera, en Barcelona y en Berlín. 
10. ¿Cuáles son algunas formas creativas en las que Agroarte puede o ha logrado comunicar mensajes sobre el cambio climático de manera efectiva?
De alguna manera, nosotros hemos sido conscientes de la huella de carbono que generamos, porque el consumo de carne deja una huella de carbono grande, así como se sigue prolongando la esclavitud de los animales y de la vida para los humanos. Entonces, entendiendo eso, tenemos que priorizar los consumos responsables, diseñando espacios y lugares para la conservación y la rehabilitación de los ecosistemas afectados por la influencia del ser humano, Es decir, diseñar corredores biológicos que lleguen desde la parte baja, encontrando en la media un lugar de bosque, y conectando con la parte alta, donde pueden estar las reservas de bosque y dónde existen los lugares seguros para las especies de flora y fauna. En dos de los espacios que estamos sembrando, estamos dejando el 70% de la producción de plátano y banano para los pájaros migratorios y los pájaros autóctonos del territorio. Entonces, disponemos de un santuario de gallinas, las cuales no son explotadas y donde se conservan los machos gallos, haciéndoles un ecosistema que permita cuidar esas vidas de gallinas rescatadas. En términos de comunicación, hemos generado “El cartel de los quesitos” que es como un eufemismo o algo chistoso para hablar de lo sucedido por los carteles de Medellín y Cali. Este cartel son las señoras que van de un barrio a otro a recoger esquejes de plantas. Dicen que si es robada es mejor, pero lo que se genera es un intercambio de plantas donde se cuentan historias, y ahí tenemos un trabajo en comunicación y un trabajo de creación de altares cuadros verdes vivos en el tiempo de la pandemia que acercó a la gente al tema de su jardín y de sus historias personales. 
11. ¿Qué oportunidades ofrece el Agroarte para promover la innovación en prácticas más sostenibles y amigables con el medio ambiente?
Para tener mejores prácticas hemos hecho un trabajo de gobernanza, de filigrana para juntar distintos actores que toman decisiones o tienen lugares de poder frente a las decisiones territoriales. Entonces, con gobiernos, academias, empresas y organizaciones sociales con liderazgos territoriales, hemos venido evidenciando lo que viene en el crecimiento acelerado de Medellín y de alguna manera cómo generar poética junto con el arte para la conservación en ciertos espacios para la preservación de estos. Eso requiere de la conversación cercana con muchos actores y la generación de acuerdos a escala barrial para realizar, además, entre los balcones y jardines conectividades ecológicas a favor de la naturaleza y, asimismo, generar concientización de los distintos duelos, ampliando así el término de memoria no solo a lo antropocéntrico, sino juntándolo con el bosque perdido, los árboles talados, las fuentes de agua sucias, al fin todo lo que lleva en esta historia. 
12. ¿Cuál es el impacto socioeconómico del Agroarte en las comunidades rurales, especialmente en términos de adaptación al cambio climático?
Entendemos que el impacto socioeconómico no se mide en el recurso recaudado. Estamos haciendo algunas apuestas que generen turismo sustentable o sostenible, pues queremos que ciertos espacios rurales no pierdan la convergencia frente a la siembra de café de frutales y otros que existan con el bosque nativo. Eso es, pues, un esfuerzo de conciliación que se puede ver hacia adelante. Entonces, por ahora, en ese lugar estamos generando créditos económicos para las comunidades; sin embargo, también hemos generado un acompañamiento económico en ciertos lugares que son símbolos de cuidado y de resistencia de las comunidades. 
13. ¿Cómo pueden las instituciones gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil apoyar mejor las iniciativas de Agroarte centradas en el cambio climático?
Como Agroarte Colombia, hemos identificado distintas formas de alianzas frente a los convenios de protección de espacios nativos de compra de predios que permitan diseñar esos corredores biológicos del territorio, y algunas personas tienen poder frente a los actos políticos que sucedan en los espacios en los cuales convergemos en la conservación y mantención de ciertas zonas frías que sean un intermedio entre lo urbano y lo rural, pero para eso se requiere voluntad política. Por ahora, en Medellín requerimos la reglamentación que estamos llevando al consejo, relacionado con la cuestión distrito rural campesino. Ahí hay algunas peticiones claras para esa planeación de la ‘Medellín rural’ de la cual tenemos avanzada acción; y, por otro lado, queremos ir acompañando en ejercicios pedagógicos en donde que se puedan vincular profesores que trabajen los traes articulados a las metodologías que tienen dentro de las escuelas. 
14. ¿Cuál es tu visión para el futuro de Agroarte en el contexto global y la búsqueda de un desarrollo sostenible?
Desde Agroarte hemos estudiado mucho lo que está sucediendo en los espacios urbanos y rurales del mundo. Hay muchas investigaciones que han avanzado en los premios internacionales de economía, como por ejemplo por Elinor Ostrom que, básicamente, revisa la historia de los espacios comunes, siendo esta investigación de Ostrom la que permitió evidenciar que realmente en el mundo se está reglamentando la economía, y no solo frente al mercado y el Estado, sino que también se ha descubierto en Estados Unidos, México y Latinoamérica lugares donde la gente ha hecho varios acuerdos, y ellos tienen que ver con el manejo del agua y las fuentes hídricas o del bosque de la leña, entre otros, que no están mediados ni por el Estado ni por la economía. En lo personal, creo que hay que rehabilitar esas relaciones que han sucedido en el mundo en esos espacios urbanos y rurales, y es necesario trabajar en la conectividad biológica, pero también en la conectividad entre las personas, entonces creo fervientemente que Agroarte, a partir de eso y de distintas metodologías, como por ejemplo este “último sueño de la vida”, y lo llamo así porque nosotros recogemos archivos de la historia violenta de la comuna 13, pero también sembramos un bosque en el espacio rural en Medellín, y esas dos cosas requieren pensarse que duren más de 300 años. Eso quiere decir que, de lo que se haga actualmente, hay que lograr que se generen las estructuras para que se pueda mantener un bosque; es decir, unos archivos en ese caso, pues se requiere hacer pequeños acuerdos a escala de barrio donde estén la quintu elise, donde está el estado, la empresa privada, la organización social, los líderes territoriales y la academia. Entonces sabemos que permanecemos en ese rumbo y creemos, así, que Agroarte ha pasado de la teoría a la práctica.   
Entrevista hecha por Carlos Jara.

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