ENTREVISTA A Elisa INSUA, Artista Visual de Buenos Aires 🎨

Inspírate con Elisa Insua, artista plástica comprometida con la sostenibilidad

 

Entrevistador: Carlos Jara 

Editoras: Veronica Alvarado / Ximena Herrera

 

1. ¡Hola Elisa! ¿Nos contarías un poco sobre ti?

¡Claro! Soy Elisa, argentina, y en este momento estoy en Buenos Aires. Soy artista plástica y llevo más de 10 años trabajando con materiales de descarte, creando instalaciones, ensamblajes, objetos y esculturas. Para ello, utilizo materiales que son donaciones, como envases de shampoo, placas electrónicas, bisutería de descarte, entre otros. Además, soy licenciada en economía empresarial, y muchos de los temas con los que abordo en mi obra se relacionan con la teoría económica y el medio ambiente, que me interesa profundamente.

 

2. ¡Qué interesante! ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Estoy trabajando en dos proyectos. Uno es para una exposición que se hará el 3 de septiembre en Buenos Aires, en el Museo Fortabat. Se trata de una muestra colectiva de artistas relacionados con la ecología y el ambiente, cuyas obras están hechas con material de descarte. La exposición se subastará para recaudar fondos para ONGs seleccionadas por la Fundación Rossi. Estoy haciendo una gran escultura que parece un meteorito verde, está cubierta con placas electrónicas, bisutería y gemas. Esto tiene que ver con la extracción de minerales y su aplicación industrial. Sobretodo, con la situación actual del cobalto en el Congo, la precariedad de la actividad y la corrupción en Argentina para la aprobación de los proyectos de minería. En particular, creo que el meteorito representa una metáfora de la destrucción y la creación humana.

 

3. Suena increíble. Y, ¿qué nos puedes comentar sobre el segundo proyecto?

El otro proyecto es una exposición individual de esculturas y pinturas relacionadas a la minería y el extractivismo, en especial, al petróleo. La inauguro el 10 de agosto en la galería Acefala, en Buenos Aires. También, tengo exposiciones en Madrid y en Córdoba. En este último, son presentaciones colectivas.

 

4. ¡Qué genial! Entiendo que la minería y el petróleo son motores clave de la sociedad y la economía ¿Qué te motivó a empezar a recopilar objetos considerados “inútiles” y darles nueva vida a través de tu creatividad?

Fue un proceso largo. Empecé a los 16 años usando objetos que encontraba en mis cajones, creando collages sin una intención clara, solo por diversión. Con el tiempo, estudié economía y aprendí cómo la teoría económica explicaba el descarte. Así, hice el vínculo entre el arte y la economía, lo que dio origen a mi obra. En ese momento, no tenía formación artística, así que empecé a ir a talleres, exposiciones, museos y clínicas de arte. Luego, comencé a exponer mis trabajos y a participar en muestras. Todo esto me ayudó a pulir mi técnica, así como a explorar distintas temáticas y materiales.

 

5. Vaya, en el proceso se aprende mucho ¿Cuáles son tus principales referentes a la hora de crear?

Es una pregunta difícil, porque considero que tengo infinitas fuentes de inspiración: el arte, la publicidad, las películas, las conversaciones. Si tuviera que elegir, pues, Antonio Berni y Jorge de la Vega fueron importantes figuras al inicio de mi carrera. Berni trabajaba con basura y de la Vega incluía materiales físicos en sus pinturas. Desde entonces, me he nutrido de muchos otros artistas.

 

6. Claro, uno debe crear su propia personalidad. Ahora, cuéntame ¿cómo has integrado el concepto de sostenibilidad en tus prácticas artísticas?

Básicamente, utilizo materiales que no sirven y les doy una segunda vida, en lugar de que terminen en un basural, en el mar o la calle. La idea es transformarlos en algo nuevo, mediante el reciclaje. Además, a nivel teórico, busco que el público se cuestione sus hábitos de consumo y el impacto ambiental de estos. Cuando decido comprar algo, ¿quién fabricó ese producto? ¿En qué condiciones? ¿De dónde proviene la materia prima? Es decir, el objetivo es despertar la conciencia a través de mi obra.

 

7. Es fundamental que el arte invite a la reflexión. ¿Crees que tu formación en economía influyó en este enfoque de sostenibilidad?

Sí, mis estudios en economía me hicieron cuestionar los principios sobre los que se construye la economía y desafiar esas nociones en mi obra. Por ejemplo, esa necesidad de que las empresas aumenten, constantemente, sus ganancias, o de que los países incrementen, perpetuamente, su PBI. El slogan “el tiempo es dinero” y el llamar "recurso natural" a la madera de un bosque, también, son ideas muy arraigadas en la mentalidad occidental y capitalista. Si bien es complicado pensar en un sistema alternativo y efectivo, por lo menos, el actual debería ser más ético, responsable y humano.

 

8. ¿Cuál es el valor agregado de tus obras? ¿Qué sucede con ellas después de su exposición?

Pienso que mis obras tienen vida propia y su utilidad es ilimitada. El arte sobrevive. Algunas se venden, otras se subastan para ONGs, y otras terminan en colecciones privadas o públicas. Las que no se venden vuelven a mi taller y pueden exponerse nuevamente en otras muestras.

 

9. ¿De qué manera tu obra "Big One Dollar Bill" de 2013 refleja tu conciencia sobre la sostenibilidad y el consumo responsable?

Esa fue la primera obra de una serie conformada por billetes de distintos países. El fin era desafiar el objetivo generalizado de maximizar ganancias a toda costa, mostrando, de manera explícita, la cantidad de cosas que compramos y no necesitamos. Es una crítica irónica a los efectos del consumismo y la publicidad en un mundo capitalista, a través de objetos que la gente compró, atesoró, usó y descartó.

 

10. Esa niña de 16 años que recopilaba objetos, ¿podía imaginarse llegar tan lejos?

Definitivamente, no. Cuando arranqué a los 16, no me imaginé adónde me llevaría este experimento que parecía un juego. En el camino, me di cuenta de que el arte es un lenguaje universal. Una obra mía se puede ver en China o en Brasil y el mensaje se va a entender, sin necesidad de compartir el mismo idioma. Personalmente, yo estaría satisfecha si compartir mi arte con nuevos públicos logra algún cambio en su comportamiento respecto al consumo.

 

Ha sido un placer conocerte, Elisa. Hasta la próxima.

 

Entrevista hecha por Carlos Jara.

 

 

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Elisa Insua creció absorbida por la artesanía, y a los 16 años empezó a recopilar objetos en ensamblajes tipo mosaico. Considerados inútiles por sus anteriores propietarios, Elisa decidió darles nueva vida a través de su práctica creativa. Estudiar economía y empresariales, a diferencia de bellas artes, permitió a la artista aprender más sobre el capitalismo y sus ramificaciones en el mundo moderno. Esto le serviría más tarde de gran inspiración en su obra, como en Big One Dollar Bill, 2013. Con su perspectiva única y su riqueza de conocimientos, la obra de Insua vincula la teoría económica con objetos de consumo desechados.


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