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EL TRABAJO INFANTIL: SÍMBOLO DE UN PAIS INCAPAZ

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Autora: Angie Caroline Colque Osco

“Por favor cómprame un llaverito es parte de mi cuota del día” me dijo una niña de 9 o 10  años cuando tenía 16 años y estaba cenando, se lo compré y se fue corriendo a seguir vendiendo seguramente, eran las 8:00 pm. Ese día me cuestioné por primera vez porque una niña tan pequeña estaba trabajando a esas horas, no era admirable, no era seguro, no era simplemente el lugar de una niña.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el "Día mundial contra el trabajo infantil" en 2002 para concienciar acerca de la magnitud de este problema y aunar esfuerzos para erradicar el trabajo infantil. El 12 de junio se conmemora la lucha contra el trabajo infantil y en su marco continuamos haciendo frente a una problemática que hasta la fecha parece haber sido normalizada por muchos e ignorada por otros.

Cada año a nivel global tenemos la oportunidad de fomentar y coordinar las iniciativas de los gobiernos, las patronales y sindicatos, la sociedad civil, los medios de comunicación y muchos otros actores locales, como escuelas y ayuntamientos, en la lucha contra el trabajo infantil, pero no parecen haber resultados.

Se estima que la crisis que atravesó el mundo por la pandemia por COVID-19, pudo haber sido un agravante en el incremento del número de niños que son utilizados para trabajar a edades muy tempranas, afectando principalmente a las poblaciones de los países más pobres.

El impacto económico generado aún después de la pandemia ha empujado a más familias a obligar a sus hijos a trabajar y buscar los medios económicos que le permitan traer el dinero suficiente al hogar, sin importar las consecuencias que esta situación les genere.

El trabajo infantil tiene un transfondo muy amplio, en muchas ocasiones se da por falta de dinero en casa, hecho por el cual los cuidadores permiten u obligan a los niños y niñas a trabajar, exponiendolos asi a los tantos peligros de ocurrencia con gente extraña.

El Estado debe fungir una labor de control y aplicación de políticas en este sentido, implementar programas de inserción laboral a los muchos padres que no han tenido mayores oportunidades de ingreso y tienen una familia detrás, así mismo debe coexistir la importancia de la planificación familiar en las zonas vulnerables de nuestros estados, el apoyo, guía y consejo que permitan que muchas familias puedan establecer sus ingresos fundamentalmente.

Desde nuestro punto de vista ciudadano ¿Que podemos hacer para proteger a los más de 160 millones de niños que continúan trabajando en todo el mundo? (OIT, 2023). Recaigo en el hecho de que mientras se ejecuten este tipo de articulaciones y se visibilicen los efectos de una buena gobernanza que parece nunca llegar, apoyemos a los niños en las calles con aquello que tengamos, si tenemos la oportunidad de participar de alguna ONG que sirva de apoyo a familias de bajos recursos hagámoslo y si no conocemos alguna que la iniciativa parta de nosotros mismos, si tenemos la opción de apoyar en las escuelas a que estos niños continúen sus estudios hagámoslo, si podemos aconsejarlos, cuidarlos y no abandonarlos a su suerte, hagámoslo. Es verdad que hay mucho trabajo por hacer, pero no nos tapemos los ojos frente a una realidad certera que camina hasta las altas horas de la noche todos los días. Visibilizar e identificar los problemas es ya un gran paso, pero comprometernos a ser parte de ellos y luchar por una mejora es tarea de todos y todas.


Referencias: